A pesar de que el gobierno del presidente Iván Duque niega de manera permanente que esté entregando “ mermelada “ a parlamentarios y amigos, lo que viene sucediendo en Sucre con la senadora María del Rosario Guerra demuestra todo lo contrario.
En las últimas horas se conoció que aunque es una de las más radicales opositoras a la restitución de tierras, a la reparación a las víctimas y al igual que muchos de sus copartidarios niega la existencia del conflicto armado, María del Rosario Guerra manejará la unidad de victimas a través de su recomendado Isaac Hernández.
Esto se suma a las graves denuncias de corrupción en su contra hechas por altos funcionarios del Sena y del instituto Colombiano de bienestar familiar, según las cuales, estaría exigiendo nombramientos y contratos a dedo para favorecer a sus recomendados a lo que sus directores en Sucre habrían accedido bajo la amenaza de ser destituidos, situación totalmente opuesta a lo que ocurre en la caja de compensación familiar de Sucre ComfaSucre, en donde su gerente se ha mantenido aferrada a un plan de mejoramiento y saneamiento fiscal basado en la austeridad, la reorganización administrativa y la lucha contra la corrupción con lo que se han mejorado todos los indicadores de gestión de la caja, lo que hoy la tiene bajo la amenaza de intervención por parte de la senadora Guerra de la Espriella.
Hoy en Sucre todos se preguntan si el presidente Duque es conocedor de la utilización de su nombre por parte de la cuestionada senadora para beneficio propio.