Por: Karen Paola Herrera Anaya
Esta semana se dio un nuevo hecho que hace creer que el restablecimiento de las relaciones con Venezuela no tiene marcha atrás. Se trata de la llegada al vecino país del nuevo embajador, Armando Benedetti, quien ya incluso se reunió con el presidente Nicolás Maduro. ¿Pero qué ventajas y desventajas trae a nuestro país la normalización de las relaciones binacionales?
En cuanto a las ventajas se destacan, en primer lugar, las económicas. Colombia para finales de la primera década de este siglo tenía relaciones comerciales con Venezuela por el orden de los siete mil millones de dólares. Ciudades como Cúcuta y Bucaramanga prosperaron gracias a dicha bonanza comercial. Tras las rupturas de las relaciones esas mismas ciudades sufrieron y sufren hoy por esa causa. Cúcuta junto a Sincelejo son de las capitales con mayor informalidad en el país.
Otro aspecto positivo es la seguridad. Los cerca de 2.209 kilómetros que comparten ambos países se han visto tomados por los grupos irregulares que han sacado provecho de las desavenencias diplomáticas entre Caracas y Bogotá. Regiones como el Catatumbo y Arauca han visto crecer la violencia.
También, llegó el momento de ponerle punto final al “circo” que armó Juan Guaidó de autoproclamarse presidente de Venezuela con el beneplácito del expresidente Iván Duque. No es sano para las democracias que personas no elegidas por voto popular intenten usurpar poderes de esa manera. Es como si yo quisiera declararme en estos momentos alcaldesa de Corozal o San Benito. Así no funcionan las democracias, ni mucho menos se resuelven los conflictos políticos y sociales.
En cuanto a las desventajas que pudiera traer el restablecimiento de relaciones con Venezuela, pudiéramos decir que estarían más ligada a hasta qué punto el gobierno colombiano presionará el respeto de los derechos humanos en el vecino país.
Será interesante también saber cómo será la relación de Colombia con Nicaragua, otro país sumido en una profunda crisis institucional debido a las totalitarias medias del presidente Daniel Ortega. Además, no olvidemos el litigio por las aguas que todavía está presente en la discusión entre ambos países.