Al finalizar la tarde de ese domingo 27 de octubre de 2.019 el sol no era la único que caía, también llegaban a su fin largas décadas de hegemonía electoral de una clase política indolente que en su afán por el lucro personal sumió a Sucre en la corrupción y lo condenó a la pobreza y la miseria, cada boletín informativo emitido por la registraduria era un latigazo a quienes escándalo tras escándalo y cartel tras cartel se robaron hasta el último peso de las arcas Sucreñas.
El desprestigio institucional fue creciendo y con él se desvaneció la poca voluntad de los gobiernos nacionales para invertir en Sucre y de allí el rezago en materia de infraestructura, los bajos niveles en educación y salud y problemas históricos como las inundaciones de La Mojana jamás fueron enfrentados con soluciones estructurales.
Pero ese domingo el pueblo se alzó con una contundente victoria en las urnas, Héctor Olimpo, un líder liberal de ideas vanguardistas y amplia experiencia y conocimiento de la cosa pública a pesar de su juventud era el nuevo gobernador, obsesionado y convencido de que Sucre podía ser DIFERENTE, su propuesta de gobierno se basó en escuchar a la gente y en la eficiencia y transparencia en el manejo de los dineros públicos, y así lo ha hecho.
Al cumplirse hoy tres años de su elección el balance es positivo y hay un logro que merece ser destacado, Héctor Olimpo le devolvió la majestuosidad al cargo de gobernador de Sucre, antes de su posesión, los ciudadanos miraban a los mandatarios departamentales como personajes siniestros, corruptos y enemigos del pueblo, hoy la relación pueblo – gobernador es DIFERENTE, cercana, solidaria, cariñosa y respetuosa.
Es mucho lo que se ha hecho, es mucho lo que falta por hacer, pero tres años después existe la certeza de que Sucre empezó a ser DIFERENTE.

