Por: Juan Adolfo Anaya Contreras
En términos de sensatez, ningún colombiano debería estar en desacuerdo con esta política de inclusión social, toda vez que la proyección estatal en este asunto va dirigida a lograr la materialización en concreto del postulado reglado en el artículo 13 de la carta constitucional colombiana.
Aun así, en un país en el que la corrupción cabalga impune, se ha generado en un sector poblacional la creencia de que con la creación de este ministerio se afianza y amplía la burocracia, misma que es rechazada por el gobierno Nacional; Parece entonces contradictorio que el gobierno de turno por un lado se declare en austeridad y por otro ordene el derroche presupuestal. Sin embargo, esta situación no debe ser entendida de esa manera, en tanto el aludido ministerio es necesario a efectos de lograr disminuir los indicadores de inequidad y desigualdad que hoy por hoy progresivamente aumentan en Colombia.
De acuerdo con el proyecto presentado el día de ayer, este ministerio tendrá como objeto formular, adoptar, dirigir, coordinar y ejecutar las políticas para promover la eliminación de las desigualdades en Colombia, incluyendo las del orden económicas, políticas y sociales, Así mismo, impulsará el derecho a la igualdad, cumplimiento de principios de no discriminación y no regresividad, y defensa de sujetos de especial protección y grupos discriminados o marginados.
¿Cómo puede admitirse entonces que alguien se oponga a estos objetivos?, No se han cumplido aún 100 días en el poder y el gobierno ya ha mostrado cumplimiento en sus promesas de campaña como lo es la reforma tributaria, la reforma agraria, la reforma política, aprobar el acuerdo de Escazú, que había estado obstruido en el gobierno anterior. Y ayer, el nuevo Gobierno radica otra de sus grandes promesas: la creación del primer Ministerio de la Igualdad en Colombia, que estará liderado por la vicepresidenta Francia Márquez. Normalmente los presidentes no radican los proyectos en el Legislativo, lo hacen directamente los ministros, pero tanto Petro como Márquez caminaron juntos al Congreso para presentar la nueva propuesta. Una forma simbólica de dar importancia a este proyecto y mostrar que no es la victoria de uno, o del otro, sino que parte del acuerdo entre los dos.
El presidente y la vicepresidenta están mostrando una imagen más cercana respecto a las funciones de Márquez, un tema que generó tensión el primer mes de Gobierno. La semana pasada, Petro también derogó un decreto, del Gobierno anterior, que impedía que el presidente y la vicepresidenta viajaran juntos dentro o fuera del país. Un decreto “estúpido”, dijo Petro desde un evento en el Cauca. “Si ella no está con nosotros, ella puede quedar muy marginada, y entonces se va evaporando en su liderazgo, su poder, su capacidad, y eso no fue lo que le propusimos al pueblo”, añadió. Tanto derogar ese decreto, como el nuevo proyecto del Ministerio de la Igualdad, buscan dejar claro que no hay un quiebre entre los dos liderazgos.
Antes que argüir que existe un derroche presupuestal, lo cual puede o no ser cierto, analicemos mejor, si la política de inclusión social por parte del gobierno Nacional resulta ser bien encauzada y si materialmente puede disminuir las brechas de desigualdad que obstruyen el verdadero progreso social, no es admisible intentar avanzar cuando es solo un pequeño sector social quien lo hace, para lograr ese objetivo, todos al unísono debemos avanzar, sobre todo, los que históricamente han sido excluidos.