El 4 de diciembre de 2016, Rafael Uribe Noguera un arquitecto miembro de una reconocida familia, salió del lujoso sector de Chapinero Alto hacia Bosque Calderon, un humilde barrio a pocas cuadras en Bogotá, eran las primeras horas de un frío domingo pero Uribe Noguera no había dormido y se encontraba bajo los efectos de sustancias alucinógenas, en pocos minutos rapto a la niña Yuliana Zamboní de siete años de edad y la llevo a un apartamento de su propiedad en donde la violó y asesinó.
No hay explicación de cómo pudo conducir varias cuadras con una niña dando gritos sin que nadie se diera cuenta y luego someterla a una lenta, humillante y dolorosa muerte bajo los efectos de su dosis personal, probablemente Rafael Uribe se encontraba desarrollando libremente su personalidad, personalidad de monstruo asesino.
Hoy cuando la corte constitucional en su absurda sentencia da vía libre para que miles de Rafael Uribe Noguera se droguen en cualquier lugar vale la pena preguntarnos ¿ donde esta esa sociedad que indignada levantó su voz contra el asesinato de Yuliana ? ¿ cuantas Yulianas deben ser violadas y asesinadas para que la corte entre en razón ?
Entre tanto no nos queda otro camino que cuidar a nuestros niños y esperar a que el congreso de la república les devuelva el derecho que les ha quitado la corte.