La crisis institucional que ha desatado la polémica decisión de la JEP de negar la extradición de Jesús Santrich, pone nuevamente sobre el tapete las razones que llevaron al presidente Ivan Duque a objetar la ley estatutaria de esa jurisdicción y en especial lo relativo a la extradición.
Aunque muy probablemente el ex jefe guerrillero sea extraditado gracias la audaz actuación de la fiscalía que lo recapituló, lo cierto es que hoy más que nunca la opinión pública percibe a la JEP como un tribunal que favorece a los miembros de las Farc en vez de juzgarlos, esto, sumado a la controvertida decisión a pesar de las pruebas contundentes, dan la razón a los argumentos expresados por la senadora Ana María Castañeda que la llevaron a abstenerse de votar las objeciones a la JEP y retirarse del recinto ya que consideraba imprescindible que la discusión y votación se hicieran de manera individual y no en bloque a fin de poder darle el análisis y debate adecuado a temas trascendentales como el reclutamiento de menores, la esclavitud sexual y la obligación de abortar, temas prioritarios para la senadora Castañeda ya que preside la comisión para la equidad de la mujer, igual rigurosidad exigió para la objeción relativa a la extradición.
Por esa decisión la senadora fue víctima de un feroz ataque de varios medios comunicación y especialmente en las redes sociales que tergiversaron la realidad.
Irónicamente si la propuesta de Castañeda Gómez hubiera sido acogida hoy la JEP no estaría atravesando su actual crisis de legitimidad.